27 octubre 2006
21 octubre 2006
Disfraces
Es tan fea la envidia que siempre anda por el mundo disfrazada, y nunca más odiosa que cuando pretende disfrazarse de justicia.
Jacinto Benavente
Todos disfrazamos nuestras envidias, nuestros defectos. Hablamos de "envidia sana", de admiración y de ambición sin despeinarnos, pero la envidia... Ay! la envidia, que dificil es de aceptar y reconocer.
Envidiamos a nuestro vecino, que tiene una tele de plasma, a nuestro compañero, con su coche nuevo, a nuestra prima por su cuerpo de veinteañera. Y somos tan cínicos de acompañar su alegría soltando piropos, otro disfraz de la envidia.
Que pocos se alegran sinceramente de nuestras alegrías y triunfos, ni una misma lo hace, siempre mirando al de al lado, verde de pies a cabeza.
¿Nos mueve la envidia? Aprendamos a reconocerla y a utilizar esa energia en algo útil, como el que utiliza los huesos de aceituna como combustible para calefacción.